A un punto de no retorno llegaron centenares de pequeños emprendimientos gastronómicos y diversos restaurantes en el país, varios de ellos incluso con renombre, tras más de 70 días de inactividad y un panorama oscuro frente a una posibilidad de reapertura.

Según cifras de ACODRES el gremio que agrupa a este tipo de negocios en Colombia, a corte de mayo eran 27.600 los establecimientos que ya habían notificado cierre, mientras que la proyección a mitad de año marca que serán 35 mil los sitios que por razones económicas y de imposibilidad de sostener costos fijos no van más.

¿Y EN MANIZALES?

La capital de Caldas no es ajena a la situación nacional. Lo que se había constituido en la zona G en el sector de Milán, las imágenes son de desolación no sólo por el cierre obligatorio que aún impera para los restaurantes sino por la ya evidente decisión de cierre de la mayoría de los establecimientos que tenían asiento en dicho sector del oriente de Manizales.

¿La razón? Los altos costos de los arriendos que es el valor más elevado de los costos operativos. En promedio son locales que demandan pagos por encima de los 3 millones de pesos mensuales y hasta el doble o triple teniendo presente las dimensiones y la ubicación privilegiada en el entorno.

Es decir frente a un panorama de 3 meses sin producir, los locatarios están asumiendo costos fijos de solo 9 y 12 millones de pesos.

LO QUE SE HA PERDIDO EN EMPLEO.

Según los datos preliminares para finalizar el sexto mes del año podrían ser 220.000 personas que pierdan sus trabajos. Del total de establecimientos, 73.000 son informales y 13.000 formales que se reportan en todo el país.

En Manizales con una tasa de desempleo en ascenso y con una informalidad que se ubica en el 49% por ciento, lo que se pierda por cuenta del cierre de estos establecimientos será un golpe del cual es difícil recuperarse a juicio de los expertos en dinámicas laborales.

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