Sin otra salida que cerrar y sin ningún salvavidas por parte de la administración municipal pasan las horas recientes los pequeños comerciantes que se ubicaron desde el año anterior en lo que se conoce en Manizales como las terrazas de la 55 o el bulevar de los food trucks a un costado de la avenida paralela en inmediaciones del colegio INEM.

Esta obra que se entregó en diciembre del 2017 pero que sólo vio la luz comercial con ocupación de por lo menos 5 de sus 7 espacios habilitados, sucumbió tras la cuarentena obligatoria que ajustó 60 días y que de pasó dejó en el limbo a los propietarios de los locales que allí funcionaban; dado que como todos son puntos de comidas o bebidas su retorno a la normalidad aún es incierto.

QUIEBRA

En diálogo con Caldas Al día dos de los propietarios de locales expresaron que «no tuvieron ninguna otra opción que desmontar y cerrar. No hubo forma de ninguna ayuda ni con el gobierno municipal tanto a través de la Alcaldía como el Instituto de cultura y turismo que es la entidad a cargo de la administración de este espacio».

Mensualmente debían costear un canon de arrendamiento de 500 mil pesos más IVA y entre los 6 puntos habilitados desde el año anterior se tenía en promedio una generación de 12 empleos.

«Fue complejo arrancar en este sitio, hicimos una inversión en adecuación y poco a poco se fue dando a conocer como una alternativa para tomarse un café, una cerveza o disfrutar de un snack o algo suave en las tardes y las noches, pero esta crisis arrasó con lo poco que habíamos construido», expresó uno de los locatarios.

De parte de la administración municipal no se ha conocido pronunciamiento al respecto.

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