Por: John Alfredo González Gallo.

El 25 de febrero del año 2021 me gradué como Especialista en Gestión Pública. Y lo digo con orgullo porque para un Publicista con estudios básicos en economía, apasionado por las artes, la cultura, el emprendimiento y fiel creyente en que el mundo puede cambiar, NO era fácil hacerlo. Desde el principio fui en contra de muchos factores familiares, sociales, empresariales, morales y económicos que supuestamente no me permitían hacerlo, fui en contra de mi formación netamente desarrollada en la vida empresarial y privada que no me daba mucho chance por no tener estructuras políticas, como decían los “politiqueros de moda”, para estar compitiéndoles cara a cara en franca lid.

Me tocó ver desde la formación de un colectivo independiente cómo los políticos tradicionales se aliaban con los liderazgos jóvenes para obtener el poder a como diera lugar; me tocó conocer la corrupción en algunos entes gubernamentales manejados por personajes nefastos que llegaron burocráticamente ahí; me tocó ver a la ciudadanía engañada cuando se esperaba un cambio verdadero. Y definitivamente por eso quiero salir en defensa de muchos funcionarios públicos que hacen las cosas bien, que se preparan día a día, que dejan de pasar tiempo con sus familias, que crean políticas públicas que generan bienestar y prosperidad a las comunidades, que sirven por amor a la humanidad y no por ego o afán de poder.

Yo quiero hacer un llamado en este escrito para que los ciudadanos aprendan a tomar decisiones de bien con su voto, se tomen el tiempo de analizar a los candidatos en cada una de las elecciones y se informen un poco de sus propuestas, que serán las que representarán durante un periodo después de su elección popular. Recuerden que son los líderes los que los van a representar, que representan sus intereses y los de su comunidad.

Escuché a algunos personajes que me llevaban ciertos años en una charla de compinchería donde decían: “Hombre, como extraño los tiempos donde el respeto a los cargos públicos se daba en cualquier lugar”, y yo no puedo estar más de acuerdo con esto. Y por eso me pregunto: ¿dónde quedan los tiempos donde representar los intereses de una sociedad era el honor más grande para un ser humano? Tan sólo me queda responder que no lo sé, que sólo pienso en que mi hijo Salomón tenga una vida más digna, donde los valores regresen, los políticos cumplan, las promesas se cumplan y el amor en cada acto regrese. Solo pienso en vivir en un mundo más justo, más equitativo y más empático, solo pienso en que la sociedad castigue sin un solo voto a esos políticos de la vieja y nueva era que engañan sin razón y juegan con la bondad y humildad de la gente.

Y por eso me pregunto: ¿dónde quedan los tiempos donde representar los intereses de una sociedad era el honor más grande para un ser humano?

Columna lo público es de nadie.

Y no escribo esto para que digan que estoy en contra de las administraciones actuales (aunque en realidad sí estoy en desacuerdo con muchísimo de ellas, empezando la forma en que se hicieron elegir), lo escribo para que recapacitemos y creemos un cambio verdadero desde la sociedad para el Estado, y no esperemos llegar a puestos de poder en el Estado para poder hacerlo. Elijamos gente digna, gente camelladora, gente sincera y entregada de verdad al trabajo social; elijamos el del barrio que se la guerrea sin estructura, la señora que da un mensaje puerta a puerta sin muchas excentricidades y al joven entusiasta que quiere crear país. Volvamos a dignificar los cargos públicos y sintámonos orgullosos de quien nos esté representado en nuestro municipio, región o país. Creo que ya cometimos errores en las pasadas elecciones que nos dejan una enseñanza profunda y sería sobre cómo podemos, con una mala elección, destrozar las instituciones, poner en riesgo nuestros proyectos comunes y desarticular el trabajo en equipo que es tan importante para poder continuar.

Hoy, desde el empresariado, yo lo seguiré haciendo sin descanso alguno y les pido de corazón que también lo hagan ustedes sin defender lo indefendible, sin atacar sin justificación y pensando en el bien común. Recuerden: Lo público no es de todos, lo público es de nadie y como tal así, debe seguir y sobrevivir.

¡Un abrazo grande para todos y feliz día!

Por admin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.